¿Qué nos puede decir Alejandro Conte de Alejandro Conte?
“Soy un tipo que no puede parar el motor. A pesar de los años, del desgaste, de quedarme sin gasoil, siempre encuentro la forma de volver a llenar el tanque y arrancar de nuevo. Como decían las viejas del barrio, soy un ‘culo inquieto’, alguien que necesita descubrir y redescubrir los horizontes que le ofrece el mundo.”
Con esta imagen visceral, el actor mendocino se define como un buscador incansable, con una energía que no cede ante el paso del tiempo ni ante los embates que atraviesa la cultura argentina. Alejandro lleva décadas en los escenarios y no se cansa de volver. Su último gran trabajo: «Calígula», una obra que no solo reestrenó este año, sino que defiende con fuerza como una pieza urgente.
“Calígula no está loco, el poder sí”
¿Por qué elegiste volver a poner en escena Calígula?
—Porque es un texto que llevo en el corazón. Más allá de su profundidad poética, es una obra que no pierde vigencia. Aunque se base en la figura de un emperador romano, habla directamente del presente. No es solo la historia de un tirano. Es una denuncia velada —o no tanto— sobre muchos políticos que utilizan el poder con fines corruptos. Es una obra que debemos mirar, escuchar, analizar. Y, sobre todo, entender.
Siempre fuiste un artista transgresor. En esta oportunidad ¿Qué buscas provocar en el público?
—Tenemos la suerte de contar con espectadores que buscan distintas estéticas, que no consumen solo entretenimiento sino también historias que los atraviesen. Calígula toca fibras emocionales y políticas. Quiero que el público se incomode, piense, discuta. Que salga del teatro con algo latiendo adentro.
Teatro, cultura y resistencia
¿Cómo ves el panorama cultural a nivel nacional? ¿Qué opinás del cierre de las delegaciones provinciales del INT (Instituto Nacional del Teatro)?
—Es inevitable hacer un paralelismo con Calígula. En la obra, el emperador busca degradar la democracia y destruir las instituciones para volverse un tirano errático y cruel. Lo que vivimos no está tan lejos. Se ataca a la cultura porque las expresiones artísticas generan pensamiento crítico, y eso a un gobierno autoritario no le conviene. El INT es una institución federal que permite que el teatro —y por ende, el pensamiento crítico— llegue a cada rincón del país. Su cierre no es un ajuste, es un vaciamiento ideológico.
¿Qué representa el INT para quienes hacen teatro independiente?
—Es mucho más que un organismo de financiamiento. Acompaña, construye redes, vincula al arte con la comunidad. Para quienes trabajamos de manera autogestiva, es un aliado fundamental.
El arte sin maquillaje
¿Qué significa ser un artista independiente hoy en Argentina? ¿Qué hay detrás de esa definición que a veces romantizamos tanto y no llegamos a entender del todo?
Es una definición que está muy romantizada. Nunca somos realmente “independientes” porque indirectamente dependemos de políticas culturales, del público, de los espacios. Pero lo que hay detrás es autogestión pura. Es vivir al día, no tener un salario registrado, trabajar con otros, sostener funciones a pulmón. El teatro independiente es resistencia, cooperación y deseo.
Un mensaje final
—No al desfinanciamiento de la cultura. No al vaciamiento ideológico. Y sí, un sí enorme, a la construcción colectiva de sentido a través de todas las expresiones artísticas. Porque el arte no se clausura, se multiplica.
«Calígula» de Albert Camus Viernes 30 y Sábado 31 de Mayo
Sala Cultural S.O.E Te. M. Entre Rios 334 de Ciudad
22 horas. Entradas por www.entradaweb.com.ar
LAURA PORTILLO | REDACCION RADIO VENDIMIA | CULTURA Y NOTICIAS